¡¡¡ LA SONRISA Y SENCILLEZ DE SAN CARLO ACUTIS !!!
Carlo Acutis nació en Londres el 3 de mayo de 1991, de padres italianos, y creció en Milán. Desde muy pequeño mostró una fe y una devoción extraordinarias, especialmente hacia la Eucaristía, a la que definía como "mi autopista hacia el cielo".
Junto con el beato Pier Giorgio Frassati, Carlo Acutis fue canonizado por el Papa **León XIV** en una ceremonia en la Plaza de San Pedro el **7 de septiembre de 2025**. Este evento lo confirmó como **San Carlo Acutis**, presentándolo como un modelo de santidad accesible y alegre para los jóvenes del siglo XXI.
**¿Cansado de buscar felicidad en likes, pantallas y modas pasajeras? Conoce a tu “colega” en el Cielo.**
Oye, ¿te ha pasado? Scroll y más scroll, buscando algo que llene… likes que suben y bajan, historias que se desvanecen en 24 horas, éxito que hoy está y mañana no. A veces parece que la vida es una carrera por encajar, por tener más, por aparentar ser feliz.
Pues te quiero presentar a Carlo. Un chaval como tú. Le encantaban los videojuegos, le pirraba el fútbol, se ponía a tocar el saxofón y se reía con sus amigos. En las fotos no verás a un chico raro o alejado de la realidad, sino a uno de los nuestros. Pero Carlo descubrió el secreto mejor guardado: **la verdadera felicidad no se encuentra en las cosas del mundo, sino más allá de ellas.**
Mientras nosotros a veces buscamos conexión wifi desesperadamente, él encontró la “autopista directa al Cielo”: la Eucaristía. Para él, no era un ritual aburrido, sino un encuentro real con Jesús. Era su fuente de fuerza, su paz en los días de examen, su alegría en los planes con amigos.
**¿Su “hack” para la vida?**
No borró sus redes, ni dejó de jugar a la Play. ¡Al contrario! Usó sus talentos —era un crack diseñando webs y editando videos— para hacer el bien. Convirtió lo que amaba en un acto de amor. Mientras nosotros a veces nos perdemos en el mundo digital, él lo usó para llevar a otros a la luz.
Y su confianza plena no estaba en los influencers, sino en la Virgen María. A ella le contaba sus cosas, sus penas, sus sueños. El Rosario era su conversación diaria con Ella.
Cuando le llegó la enfermedad, no se enfadó con Dios ni perdió la esperanza. Ofreció su dolor con un amor tan grande que conmovió al Cielo. Por eso hoy no es un recuerdo triste, es un amigo lleno de luz que nos dice: **“¡La felicidad existe! Y no es un filtro, es algo eterno”.**
Carlo no te pide que lo dejes todo. Te invita a poner todo en su lugar: **Dios primero, y desde ahí, vivir tu vida con una alegría que nada ni nadie te podrá quitar.**
La próxima vez que sientas ese vacío que una pantalla no llena, recuerda a tu “colega” del Cielo. Él ya probó el camino y te asegura: **Jesús no es un rollo, es la autopista a una vida increíble, aquí y en la eternidad.**
**San Carlo Acutis, ruega por nosotros.**
**#SantoMillennial #AutopistaAlCielo**
Oye, ¿te ha pasado? Scroll y más scroll, buscando algo que llene… likes que suben y bajan, historias que se desvanecen en 24 horas, éxito que hoy está y mañana no. A veces parece que la vida es una carrera por encajar, por tener más, por aparentar ser feliz.
Pues te quiero presentar a Carlo. Un chaval como tú. Le encantaban los videojuegos, le pirraba el fútbol, se ponía a tocar el saxofón y se reía con sus amigos. En las fotos no verás a un chico raro o alejado de la realidad, sino a uno de los nuestros. Pero Carlo descubrió el secreto mejor guardado: **la verdadera felicidad no se encuentra en las cosas del mundo, sino más allá de ellas.**
Mientras nosotros a veces buscamos conexión wifi desesperadamente, él encontró la “autopista directa al Cielo”: la Eucaristía. Para él, no era un ritual aburrido, sino un encuentro real con Jesús. Era su fuente de fuerza, su paz en los días de examen, su alegría en los planes con amigos.
**¿Su “hack” para la vida?**
No borró sus redes, ni dejó de jugar a la Play. ¡Al contrario! Usó sus talentos —era un crack diseñando webs y editando videos— para hacer el bien. Convirtió lo que amaba en un acto de amor. Mientras nosotros a veces nos perdemos en el mundo digital, él lo usó para llevar a otros a la luz.
Y su confianza plena no estaba en los influencers, sino en la Virgen María. A ella le contaba sus cosas, sus penas, sus sueños. El Rosario era su conversación diaria con Ella.
Cuando le llegó la enfermedad, no se enfadó con Dios ni perdió la esperanza. Ofreció su dolor con un amor tan grande que conmovió al Cielo. Por eso hoy no es un recuerdo triste, es un amigo lleno de luz que nos dice: **“¡La felicidad existe! Y no es un filtro, es algo eterno”.**
Carlo no te pide que lo dejes todo. Te invita a poner todo en su lugar: **Dios primero, y desde ahí, vivir tu vida con una alegría que nada ni nadie te podrá quitar.**
La próxima vez que sientas ese vacío que una pantalla no llena, recuerda a tu “colega” del Cielo. Él ya probó el camino y te asegura: **Jesús no es un rollo, es la autopista a una vida increíble, aquí y en la eternidad.**
**San Carlo Acutis, ruega por nosotros.**
**#SantoMillennial #AutopistaAlCielo**
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